La posición única de Asia Occidental en la encrucijada de múltiples continentes la hace vital para el comercio mundial. Las religiones abrahámicas se originaron en esta tierra sagrada. La geopolítica mundial en torno a los recursos energéticos hace que Asia Occidental sea importante. La combinación de estos factores ha hecho de Asia Occidental una zona codiciada y una potencia mundial. La topografía de Asia Occidental se asemeja al colonialismo europeo. Asia Occidental es regionalmente multipolar. Egipto, Israel, Irán y Arabia Saudí fueron los primeros polos regionales. Egipto y el panarabismo se derrumbaron en la década de 1970. El poder en el mundo árabe se trasladó al Golfo. La revolución islámica iraní de 1979 fragmentó aún más la región. Irán y el Reino de Arabia Saudí (KSA) compiten por el dominio mundial regional e islámico siguiendo líneas sectarias e ideológicas. Irán se opuso a la influencia extranjera en la seguridad del Golfo y respaldó el rechazo de los palestinos a la alianza entre Israel y Estados Unidos. Así, Estados Unidos, Arabia Saudí, EAU, Egipto e Israel formaron una coalición antiiraní. El libro examina cómo India aceptó el multialineamiento en Asia Occidental y el bilateralismo en la década de 1980 y después de la Guerra Fría.
